Estamos a principios de año, y para muchos departamentos financieros comienza el proceso para la elaboración de las cuentas anuales consolidadas del año anterior.
En el entorno económico actual han surgido múltiples entidades que actúan como un grupo supra-empresarial.
En este contexto el objeto informativo de sus estados financieros individuales puede verse distorsionado. Esto ocurre porque las cuentas individuales de cada unidad empresarial por separado no muestran la imagen fiel de sus actividades, ya que omiten información relevante de su relación con empresas que conforman el grupo.
De este modo, aquellos grupos de empresas, bien porque queden obligadas a consolidar, o bien por voluntad propia, por demanda de sus proveedores, se encuentran en la necesidad de elaborar unos estados financieros consolidados, y no solo como una mera operación de agregación de cada empresa individual.
La consolidación fiscal y la consolidación contable son nociones que se encuentran entrelazadas, pudiéndose decir que la consolidación fiscal es el producto o reflejo en el mundo del Impuesto de Sociedades de la realidad más amplia que representa la consolidación contable. Existe una diferente concepción del grupo fiscal y el grupo contable, a efectos de la consolidación para poder delimitar el perímetro de consolidación.