La mayoría de nosotros tenemos un coche. Este coche consistirá en una serie de componentes que han sido diseñados para trabajar conjuntamente. Todos los componentes, desde el motor hasta el chasis y los controles con los que el vehículo se dirige, a pesar de haber sido creados por separado han sido implementados para funcionar como una sola unidad.
Es cierto que en el pasado, los coches se podían comprar como un kit, (e incluso algunos entusiastas continúan haciéndolo actualmente), donde el comprador seleccionaba los componentes que deseaba. Este enfoque requiere saber qué elementos funcionan entre si y también saber cómo “integrarlos”, pero en general el resultado nunca será igual de bueno como comprar un producto que ha sido completamente empaquetado y diseñado para la tarea.
También es cierto que en el pasado, los coches no eran tan versátiles y, por lo tanto, se debía escoger el modelo con mucho cuidado y aceptando que habría que hacer concesiones. Por ejemplo, la velocidad significaba que el interior de la cabina sería escaso sin mucho espacio para el equipaje; la economía de combustible implicaba un vehículo pequeño sin ningún tipo de lujos adicionales. Pero en la actualidad este no es el caso. Hoy en día se puede comprar un coche eléctrico eficiente con el desempeño de un Porsche o un coche de lujo que pueda escalar montañas y utilizarse como una camioneta pickup.
La diferencia está en que los fabricantes han diseñado los componentes y los han combinado con un objetivo final en mente. Tesla comenzó a construir vehículos deportivos eléctricos con el objetivo de que funcionen también como un supercoche. Land Rover diseño la Range Rover como un lujoso vehículo todo terreno que puede llevar una gran cantidad de carga.
Pocas personas habrían sido capaces de diseñar y construir estos coches por su cuenta, y quienes lo intentan tendrían que invertir enormes cantidades de dinero y esfuerzo, mucho más del que sería necesario con un modelo “pre-confeccionado”.
Y lo mismo ocurre con las aplicaciones de gestión del rendimiento de la actualidad, ¿o no es así?. Parece que a pesar de las propagandas de marketing, sólo el 50% de las organizaciones han adquirido estos sistemas. Y lo único que claman los usuarios que han invertido es una "mejor integración". Y de esto se hacen eco los principales proveedores de software, que también prometen una “mejor integración” en futuras versiones.
En esta serie de post exploraremos las razones de esta situación y ofreceremos maneras en las que una solución de software integrada debe ser evaluada.
Entender las aplicaciones de Gestión del Rendimiento
Las aplicaciones de Performance Management o Gestión del Rendimiento son aquellas que ayudan a la organización a alcanzar sus objetivos a través del respaldo a la planificación y el seguimiento de aquellos elementos que se encuentran bajo el control de la gestión, en un entorno de negocios desconocido e incontrolable.
Todas las organizaciones tienen un propósito que con frecuencia se define en objetivos a largo plazo. Para alcanzar ese futuro estado deseado, los únicos elementos que pueden gestionar son:
- Cómo están configurados los procesos de negocios de la organización (es decir, cómo se fabrican los productos, cómo se venden, entregan y se ofrece soporte).
- Los recursos asignados a esos procesos de negocios (por ejemplo, dinero, personas y activos).
- La carga de trabajo involucrada en la ejecución de estos procesos y que puede estar relacionada a los recursos asignados.
- Los resultados que serán generados a lo largo de los procesos (es decir, el volumen y la calidad de los productos producidos) y que a su vez pueden corresponder a cómo los procesos han sido configurados, cómo se han asignado los recursos y la carga de trabajo realizada.
Estas cuatro áreas se definen tanto mediante la previsión de las necesidades de los clientes objetivos como anticipando lo que los competidores y otros agentes (por ejemplo, la legislación, los medios de comunicación social, etc.) pueden hacer y que podría afectar al cumplimiento de los objetivos que la organización se ha planteado a largo plazo.
Gartner clasifica las aplicaciones de gestión del rendimiento en 5 categorías separadas de Consolidación Financiera y Gestión del Cierre; Presentación y Divulgación de Informes de Gestión y Financieros; Presupuesto; Planificación Estratégica y Forecasting; y Rentabilidad, Modelización y Optimización.
Sin embargo, como ya hemos comentado en nuestro documento “¿Cómo funciona un sistema de Ejecución de la Estrategia?”, la forma en que los proveedores de software desarrollan y comercializan las soluciones que se adaptan a esta clasificación es confusa y no es útil por una serie de razones:
- Funcionalidades solapadas: Cada categoría de aplicación contiene funcionalidades que son similares, sino son iguales. Por ejemplo, la capacidad de definir miembros y dimensiones de negocios, la carga de datos desde ficheros externos, dar soporte a la entrada manual de datos, crear informes y análisis de usuario final.
- Definición del Problema: Las aplicaciones carecen de detalles sobre el problema de negocio a resolver, particularmente en relación a cómo pueden mejorar los procesos de negocios o hacerlos más competitivos. Como resultado, el usuario final no puede estar seguro de que el software que se ofrece funcionará para su caso concreto.
- Múltiples Productos: Los grandes fabricantes ofrecen múltiples productos, generalmente con diferentes estructuras y procedimientos de configuración. Esto dificulta el proceso de selección, ¿qué productos tienen qué funcionalidades? ¿Qué sucede cuando la organización crece más allá de las funcionalidades del producto “inferior”?
- Paquetes de Producto Desintegrados: Debido a que la gestión del rendimiento requiere varias categorías de productos, los proveedores ofrecen diferentes productos como una “suite”. El problema radica en la manera en que estas aplicaciones funcionarán entre sí, y cómo tendrán que ser configuradas para trabajar como una única solución.
Como consecuencia de ello, los clientes potenciales, cuyos problemas abarcan múltiples categorías, tendrán dificultades para evaluar soluciones de productos cruzados. Y los productos seleccionados están destinados a tener funcionalidades duplicadas, múltiples procedimientos de configuración y bases de datos; y, a su vez, serán más costosos y complejos de mantener que una sola solución diseñada con único propósito.
Sin embargo, cada vez más vendedores están colocando la integración en el centro de los esfuerzos de desarrollo. Reconocen que los clientes necesitan una única solución que cubra todos los aspectos del rendimiento y que esté completamente integrada. Así que: ¿Cómo evaluarán las organizaciones a una aplicación integrada? ¿Qué cosas deberían buscar? ¿Qué se entiende realmente como “integración?
En el próximo post analizaremos los componentes de un sistema de gestión de rendimiento.
CorPeuM Webinar 10 Junio y 18 de Junio
Los días 10 y 18 de junio a las 2pm (CET), estaremos llevando a cabo un webinar donde presentaremos CorPeuM y mostraremos algunas de sus funcionalidades únicas que le permiten a una organización desarrollar aplicaciones que serían difíciles o imposibles con otras soluciones convencionales. Esto incluirá ejemplos de:
- Planificación continua, donde los usuarios son los responsables de dirigir el proceso de planificación y seguimiento mediante circuito cerrado desencadenado por eventos y excepciones.
- Planificación de Iniciativas, que permite a los usuarios proponer proyectos, como los requeridos por las metodologías de gestión tales como Balanced scorecard, y evaluarlos individualmente o en conjunto para que la alta dirección pueda determinar cuáles iniciativas podrían proporcionar un mejor impacto.
- Seguimiento de la eficiencia y eficacia de los procesos de negocio, la mayoría de los sistemas pueden monitorear el rendimiento por departamento pero CorPeuM va más allá y muestra cómo estos departamentos agregan valor a cada proceso de negocio y si “vale la pena” el esfuerzo que realiza cada uno.
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